La importancia y la necesidad de la liberación
Mucha gente asume que después de haber nacido de nuevo y sido llena del Espíritu Santo, no hay manera posible de ser influenciado por un demonio. Semejante idea es completamente falsa. De hecho, el que crea esta mentira está atado por la misma.
Yo he visto, oído y experimentado la necesidad de la liberación en cristianos nacidos de nuevo. Sé que incluso después de que una persona es salva, debe también ser libre. Una buena analogía para esto es la experiencia de Lázaro (el hermano de Marta y María), a quien Jesús levantó de la muerte.
Cuando Lázaro fue resucitado, recibió vida nueva; pero para poder vivirla, necesitó que lo desataran y le quitaran las mortajas con que lo habían envuelto para su entierro. (Véase Juan 11:43–44). Para disfrazar sus actividades y ataques, Satanás se ha asegurado de que la mayoría de la gente hoy vea la liberación como una práctica supersticiosa; una idea medieval que solo creen los ignorantes.
La trampa de este engaño es que lleva a mucha gente a creer que el diablo no existe. Algunos creen que Satanás es real pero que ellos están exentos de sus ardides; es imposible para ellos que él esté ejerciendo algún tipo de efecto negativo en su vida. Entonces, cuando se discute el tema de la liberación, se ofenden, sienten miedo o se muestran a la defensiva.
Para entender mejor por qué es necesaria la liberación, debemos conocer la naturaleza del ser humano y cómo fue creado. El apóstol Pablo escribió: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).
Para hacer una persona se necesita espíritu, alma y cuerpo. Dado que cada parte de nuestra hechura es única, debe ser tratada de manera individual, sanada y/o liberada cuando está demonizada. El espíritu es el hombre interior, o el “hombre espiritual”. Es donde Dios viene a habitar cuando nacemos de nuevo; es el asiento de Su presencia.
El alma es el asiento de la voluntad —con la cual tomamos las decisiones—, de las emociones y de la mente (intelecto). El cuerpo es la habitación del espíritu y el alma, y el medio por el cual estas dos partes invisibles de nuestro ser se expresan en el mundo visible y manifiestan su singularidad y deseos.
El ser humano es un espíritu que tiene un alma y habita en un cuerpo físico. Cuando nacemos de nuevo, nuestro espíritu —no nuestra alma ni cuerpo— es regenerado en un instante.
Para que Dios nos “santifique por completo”, nuestro cuerpo suele necesitar sanidad, y nuestra alma todavía necesita ser renovada y liberada de los efectos del pecado y de Satanás. En otras palabras, la salvación y la transformación que suceden en nuestro espíritu son inmediatas, lo cual forma una nueva criatura (véase 2 Corintios 5:17), pero nuestra alma todavía está corrupta por la naturaleza de pecado y necesita ser liberada y transformada progresivamente.
Autor: Maldonado, Guillermo
Tomado del libro: Liberación Sobrenatural: Libertad para tu Alma, Mente y Emociones
Editorial Whitaker House
Guillermo Maldonado
Guillermo Maldonado es el pastor principal y fundador del Ministerio Internacional El Rey Jesús, en Miami, FL, EE.UU., considerada una de las iglesias multiculturales de más rápido crecimiento en los Estados Unidos.