ANA, o el Triunfo de un Espíritu Entristecido Bosquejo Bíblico para predicar de 1 Samuel 1
«Para qué la tentación acude, si no para que el hombre La afronte decidido, la domine y con sus pies la holle, Y como pedestal le sirva de triunfo» BROWNING
Es un refrigerio encontrar un espíritu tan gentil como el de Ana en medio de la ruina moral que siguió al gobierno sacerdotal del amable pero débil Elí.
La persona que se preocupa más del honor de sus hijos que del honor de Dios hará ciertamente caer la santa causa en ridículo (cap. 2:29). Ana significa gracia, y ella es fiel a su nombre; así la gracia de Dios es hecha suficiente para ella.
Es mucho lo que podríamos aprender de ella.
I. Se sentía triste. «Una mujer atribulada de espíritu» (v. 15).
1. PORQUE NO TENÍA HIJOS (v. 5). Creyendo que «herencia de parte de Jehová son los hijos» (Sal. 127:3), estaba dolorida en su alma porque esta herencia no fuera de ella. Consideraba una vergüenza ser estéril. ¿Nunca te ha entristecido el alma el ser estéril para Dios? Es una vergüenza para todo cristiano ser estéril en la obra de Dios (2 Pedro 1:8).
2. PORQUE ERA ESCARNECIDA. «Peniná… Su rival, la irritaba, enojándola y entristeciéndola» (v. 6). Su condición de esterilidad atrajo sobre ella el escarnio de los impíos.
Es una experiencia que pone a prueba el corazón y profundamente humillante para cualquier hijo de la gracia, como lo era Ana, sentir el dedo de la ridiculización y del escarnio apuntándolos a ellos por parte de uno que no ama al Señor, y que sin embargo parecen gozar más de su favor que ellos.
¿Acaso Dios no es bondadoso? Sí, es bondadoso, pero puede permitir estos ardientes dardos del enemigo para llevarnos a una profunda convicción de la esterilidad de nuestras vidas, para que nos demos tanto más sin reservas a la divina todosuficiencia.
3. PORQUE TENÍA UNA NATURALEZA SUMAMENTE SENSIBLE. Si hubiera tenido su corazón más endurecido, hubiera tenido menos lágrimas en los ojos (v. 7). Hay gran esperanza por parte de cualquier obrero cristiano que pueda llorar por la esterilidad de su vida. Es bueno que sintamos esta «amargura de alma… delante de Jehová» (vv. 10, 12). ¡Ay de los descuidados en Sion!
II. Estaba dada a la oración.
1 ELLA ORABA. «Oró a Jehová, y lloró abundantemente» (v. 10). No devolvía injuria por injuria; siendo escarnecida, no amenazaba. Podemos dar las gracias a Dios por las pruebas que Él nos conducen a su presencia, para suplicar de Él con propósito de corazón. Los azotes de su enemiga solo sirven para llevarla al lugar de bendición.
2 HIZO VOTO. «Jehová de los ejércitos, si… das a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová» (v. 11). Ella se propone en su corazón que si el Señor, en su misericordia, quita de ella su oprobio, ella consagrará su don enteramente a su servicio.
Éste es un poderoso argumento para Dios. ¿Qué va Él a retener de aquellos que no buscan grandes cosas para ellos mismos, sino que desean honrarle con cada uno de los dones que Él otorgue?
3 ELLA CREYÓ. «Y se fue la mujer por su camino, y no estuvo más triste» (v. 18). El Señor le había hablado al corazón, como lo hizo Booz con Rut (Rt. 2:13).
Ella trajo su carga al señor, y se fue sin él. Es una cosa hablarle al Señor de nuestras cargas; es otra muy distinta echarlas sobre el Señor (1 Pedro 4:7). El rostro cambiará con toda certeza cuando el corazón haya hallado reposo en la voluntad de Dios.
III. Estuvo gozosa (cap. 2:1).
1 SU ORACIÓN TUVO RESPUESTA. «Le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová» (v. 20). Pidió un hijo, y el Señor no le dio una hija. Lo que pidáis, creed que lo recibís, y lo tendréis. Aquel que puede hacer que la mujer estéril sea una madre gozosa de hijos (Sal. 113:9) puede también llevar al obrero cristiano estéril a que sea un feliz ganador de almas.
2 FUE PUBLICADO SU TESTIMONIO. «Yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová… Y Jehová me dio lo que le pedí» (vv. 26, 27). ¡Qué testimonio más sencillo, pero poderoso! Ella sabía que Él la había escuchado, y ahora tenía la petición que le había hecho (1 Jn. 5:15). «Pedís y no recibís, porque pedís mal» (Stg. 4:3).
3 SU VOTO FUE CUMPLIDO. «Todos los días que viva, será de Jehová» (v. 28). Ella pagó su voto al Señor (Sal. 116:18). Al devolver a Samuel estaba forjando un fuerte eslabón de unión entre ella misma y el Señor que debe haber enriquecido su vida entera con bendición.
Cada sacrificio que hagamos por el honor de nuestro Señor aumentará ciertamente nuestro interés en Él. No seas como el siervo malvado y negligente que ocultó el dinero de su señor (Lc. 19:22), sino emplea para su gloria todo don que recibas y toda victoria que ganes, por medio de la oración de la fe.