CARACTERÍSTICAS DE UN LÍDER ENVIADO POR DIOS. Bosquejos Bíblicos para Predicar Números 27:18-23
«Obrero tras obrero muere, Esta tu Iglesia, Señor, bien que lo intenta, mientras en llanto siente el golpe, Tristemente lamentando “las manos que faltan”,Voluntades firmes, valientes corazones Siempre dispuestos para asumir su parte.Oh, Dios, Renueva la confianza nuestra. Mueren los obreros, más Tú para siempre vives; En la profunda desolación Tú tu obra sigues impulsando.»
Moisés acaba de recibir una indicación de su apartamiento por medio de la muerte, y el Señor señala a Josué como aquel que iba a tomar su lugar y a llenar su vacante. Dios sepulta a sus obreros, pero prosigue con la obra de ellos. Se mencionan algunas cosas aquí en relación con el llamamiento de Josué que podrían servirnos de ayuda para escudriñar nuestros corazones como predicadores o maestros de la Palabra de Dios, y ver si como siervos del Señor pertenecemos a este orden divino. Él fue:
I. Llamado por el Señor. El Señor dijo: «Toma a Josué hijo de Nun, … y pondrás tu mano sobre él» (v. 18). Esta posición no fue de su elección hasta que la mente de Dios se manifestó de una manera bien clara. Es misión suya mandar a los obreros al campo. Orad al Señor de la cosecha.
II. Lleno del Espíritu. Indudablemente había sido uno de los setenta que compartió del Espíritu de poder que reposó sobre Moisés (Nm. 11:17). Pero por la imposición de manos de Moisés fue llenado con el espíritu de sabiduría (Dt. 34:9). Todos los cristianos tienen una medida del Espíritu, pero no todos están llenos con el Espíritu. En los tiempos de la dispensación antigua no todos recibieron la oferta de esta plenitud, pero ahora Dios desea que ninguno carezca de ella. «Sed llenos del Espíritu» (Ef. 5:18).
III. Honrado por el representante de Dios. «Y pondrás de tu dignidad sobre él» (v. 20). El honor que Dios puso sobre Moisés fue compartido por él. Este honor lo tienen todos los santos. ¿Acaso uno más grande que Moisés no dijo: «Yo les he dado la gloria que me diste»? (Jn. 17:22). El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo. Dotados del poder del Espíritu Santo: ésta es la prenda de que estamos en la verdadera sucesión apostólica.
IV. Aceptado por el pueblo del Señor. «Para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca» (v. 20). Ellos respondieron a Josué, diciendo: «De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti» (Jos. 1:16, 17).
El poder de Dios por el Espíritu significa la posesión de autoridad, y una autoridad tal que los hijos de Dios la reconozcan como proveniente de arriba. Cuando un hombre habla en el poder del Espíritu Santo, otros estarán conscientes de que están oyendo la voz divina. Así como estarían dispuestos a escuchar a Jesús, así escucharán a los tales.
V. Conducido por la luz divina. «Él se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová» (v.21). El Urim significa «luces», y denota la sabiduría que procede de lo alto (1 S. 28:6).
Él fue, enfáticamente, «enseñado por Dios». Ésta es otra marca de un maestro enviado por Dios. No depende de la sabiduría de los hombres. Se le encuentra frecuentemente consultando el Urim de las Sagradas Escrituras. La fuerza de sus síes y de sus noes proviene de esto. Sus dificultades y todos sus problemas son resueltos a la luz de este Urim.
VI. Eficaz en su obra. «Por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él» (v. 21). Fue llamado y recibió poder para introducir al pueblo en la tierra prometida, y sin fallar lo hizo.
La promesa del Señor se cumplió: «Como estuve con Moisés, así estaré contigo» (Jos. 3:7). Su presencia siempre asegura el éxito. Si Dios ha de obrar en nosotros y por medio de nosotros aquello que es grato a sus ojos, entonces debemos darnos perfectamente a Él en espíritu, alma y cuerpo. El secreto del éxito verdadero y duradero reside en que su voluntad se cumpla en nosotros. No hay logro más grande que éste, y puede ser tuyo, y siempre tuyo.