EL HOLOCAUSTO, O LA DEVOCIÓN DE CRISTO
Levítico 1:1-9
Un estudio de estas ofrendas no hacen otra cosa que ahondar nuestra reverencia para la Palabra de Dios, y ensalzar al Señor y Salvador al cual representan.
Nunca deberíamos pasar por alto el hecho de que todos los detalles que tenemos acerca de estas cinco ofrendas, y que revelan tantos aspectos diferentes de la vida y obra de Cristo, fueron dados a Moisés por el mismo Jehová, que conocía de antemano el carácter de Cristo y de sus padecimientos. Esta ofrenda, el holocausto, es «una ofrenda de allegamiento», que indica el camino a Dios.
I. El carácter de la ofrenda. Mucho depende de su carácter y de la manera en que era ofrecida.
1 TENÍA QUE SER SIN DEFECTO (v. 3). No solo a la vista de los hombres, sino también a la de Dios. Cristo, como el amado Cordero de Dios, era sin defecto y sin mancha (1 Pedro 1:19). Un pecado de pensamiento o de sentimiento habría hecho de Él un sacrificio defectuoso.
2 TENÍA QUE SER TRAÍDO A LA PUERTA (v. 3). La puerta de acceso a Dios ha quedado cerrada por el pecado. Solo puede ser abierta mediante sufrimiento y sacrificio. Fue con este propósito que vino Jesucristo. Ahora Él dice: He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta.
3 TENÍA QUE SER DEGOLLADO EN LA PRESENCIA DE JEHOVÁ (v. 5). Una vida sin tacha no es suficiente para expiar el pecado y eliminar la barrera de la puerta. Cristo tiene que morir, y tiene que morir en la presencia de Jehová. Su muerte fue acto de Jehová, y no del hombre. Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. La expiación tiene que ver con Dios.
4 TENÍA QUE SER PUESTO EN ORDEN SOBRE EL ALTAR (v. 8). Todo aquí tiene que ser en orden, por cuanto todo es típico de Él, que vino a hacer la voluntad del Padre. Puede que aquí este prefigurado el enclavamiento de Cristo, nuestro Sacrificio, sobre la Cruz.
5 SU SANGRE TENÍA QUE SER ROCIADA (v. 5). El que no tenía defecto ahora no tiene vida. La sangre, que significa la vida, tenía que ser aplicada tanto al altar como al corazón. La sangre rociada salvó al primogénito en Egipto (Éx. 12). La sangre del rociamiento sigue hablando (He. 12:24).
6 SE TENÍAN QUE LAVAR SUS ENTRAÑAS (v. 9). Las entrañas puede que sugieran los pensamientos y los sentimientos, las intenciones del corazón, que tienen que ser limpios delante de Dios. Todo era perfecto en el Hijo del Altísimo como nuestro Cordero Pascual. Él podía decir: tu ley está en mi corazón; el hacer tu voluntad me agrada.
7 TENÍA QUE SER PUESTO ENTERO SOBRE EL ALTAR (v. 9).
Se daba enteramente a Dios, se ofreció a Sí mismo totalmente, y fue enteramente acepto. Olor fragante al Señor (Ef. 5:2).
II. Algo acerca del ofrendante. Por todo esto aprendemos que:
1 SE NECESITABA UNA OFRENDA DE ALLEGAMIENTO. Debido al pecado, el hombre ha perdido todo derecho e idoneidad para acercarse a Dios. Jesús es el Camino.
2 ESTA OFRENDA TENÍA QUE SER VOLUNTARIA (v. 3). Nuestra «propia voluntad» es responsable de la aceptación o del rechazo de la gran ofrenda de Dios por nuestros pecados «Y no queréis venir a Mí para que tengáis vida» (Jn. 5:40).
3 TENÍA QUE HABER UNA IDENTIFICACIÓN PERSONAL (v. 4). «Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto.» Éste es el toque de apropiación, es el toque de la fe, la inclinación de un corazón creyente.
4 EL OFRENDANTE ERA ACEPTADO EN LA OFRENDA. «Y será aceptado para expiación suya.» Él nos ha hecho aceptos en el Amado (Ef. 1:6). ¡Qué glorioso evangelio, que por nuestra aceptación de su ofrenda hemos sido hechos aceptos a Dios! Justificados libremente de todas las cosas.
5 ESTE PRIVILEGIO ES OFRECIDO A TODOS. «Cuando alguno » (v. 2). Ésta es una ancha puerta abierta por la infinita misericordia de Dios. La salvación, por la ofrenda de Cristo, es puesta al alcance de toda persona que haya oído las nuevas. Él es la propiciación por todo el mundo.