La Bienaventuranza de los Obedientes. Bosquejos Bíblicos para Predicar Deuteronomio 28:1-14
Las palabras de Robert Blair acerca de la amistad son hermosamente aplicables a Aquel que es el Amigo de los pecadores: Tú mereces de mí Más, mucho más de lo que jamás pueda yo pagar; Muchas veces he probado las obras de tu amor, Y los cálidos esfuerzos de tu gentil corazón.
Somos bendecidos con toda bendición espiritual en Cristo Jesús. Las bendiciones registradas en este capítulo son solo figuras de las verdaderas: sombras de cosas mejores por venir a todos los que son obedientes a la voluntad de Dios.
La obediencia está siempre conectada con la bendición, como lo está la desobediencia con la maldición (27:26). Lutero dijo que «prefería obedecer a obrar milagros». Pero los obedientes obrarán milagros: milagros de gracia por el poder de Aquel que obra dentro de nosotros. Obedecer es mejor que los sacrificios. La vida obediente será bendita con:
I. Comodidades materiales. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Una canasta bendecida, como la vasija de la viuda, es una que nunca queda del todo vacío. Tu pan y tu agua los tendrás seguros. Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos malvados (Ro. 8:28).
II. Una protección inmutable. «Jehová derrotará a tus enemigos que se levanten contra ti», etc. Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como Él os dijo (Jos. 23:10). Es el verdadero deleite de un padre ejercitar su sabiduría y poder en favor de su hijo.
¿Cuánto más vuestro Padre celestial? Los enemigos de la Iglesia, como los del alma, son muchos, sutiles y poderosos, pero mayor es aquel que es por nosotros. Cuando Él obre, ¿quién estorbará?
III. Un trabajo próspero. Jehová te enviará su bendición sobre todo aquello en que pongas tu mano. La piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente», etc. (1 Ti. 4:8). La vida del cristiano es como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, cuyas raíces se encuentran dentro del mismo Dios como la fuente de toda su suficiencia, por lo que hay una prosperidad inmarcesible (Sal. 1:3).
IV. Una comunión permanente. Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo. Llamados por su gracia soberana, separados por su sangre purificadora, confirmados en su Hijo resucitado, reconciliados para Sí, y transformados a su propio imagen. En verdad, nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Arraigados y sobreedificados en Él, y consolidados en la fe (Col. 2:7).
El que nos ha consolidado en Cristo es Dios (2 Co. 1:21). Cada alma así confirmada pertenece a la Iglesia que Dios ha establecido. Permaneced en Él. Las puertas (autoridades) del infierno no prevalecerán contra los tales.
V. Un poderoso testimonio. Y verán todos los pueblos de la tierra que el Nombre de Jehová es invocado sobre ti. Los llamados por su Nombre deben ser regidos por Él (Is. 63:19). Si el Señor rige sobre nosotros y en nosotros, entonces será derramado sobre nosotros el aroma de su Nombre, como un ungüento.
El Nombre del Señor sobre nosotros implica su vida y carácter engendrados en nosotros. Esta es la vida que es la luz que alumbra el camino de dolidos pecadores en su búsqueda de salvación. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres.
VI. Suministro abundante. Te abrirá Jehová su buen tesoro. ¡Qué privilegio tener abiertos para nosotros los tesoros de su gracia infinita! Esto lo ha hecho en el don de su Hijo, y por el ministerio del Espíritu Santo. Las cosas que nos son gratuitamente dadas por Dios en Cristo son plenamente abundantes, e inenarrablemente preciosas.
¿Quién jamás podrá agotar las inescrutables riquezas de Cristo? Cuando el Señor nos abrió su tesoro, abrió nuestro suministro para el tiempo y para la eternidad. Cuando todos los raudales creados se sequen, Su plenitud igual quedará; Con ello satisfecho estaré, Y en su Nombre me gloriaré.
VII. Honor especial. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo. Esto se cumplirá, naturalmente, en los últimos días, cuando Israel sea restaurado como el antiguo pueblo de Dios (Is. 9:15; Ro. 11:26), y cuando los pueblos de la tierra recibirán bendición por medio de ellos. Pero desde luego estas palabras tienen un mensaje para los creyentes actuales.
Estarás encima solamente. Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios: encima solamente, poned por tanto vuestros afectos en las cosas arriba, y no en las cosas sobre la tierra. Ellos son de abajo, mas vosotros sois de arriba. Nacidos de arriba, y uno con Él que está ahora en los lugares celestiales por encima de todo (Ef. 1:20, 21). Este honor lo tienen todos los santos.