LA OBLACIÓN, U OFRENDA VEGETAL EL CARÁCTER PERSONAL DE CRISTO
Levítico 2:1-16
En esta ofrenda no había derramamiento de sangre, significando que no estaba asociada con ella el pensamiento de sufrimiento. Tenemos aquí en tipo el carácter y verdadera valía moral de Jesús como Hijo de Dios. Al considerar esta ofrenda observamos que era,
1 DE FLOR DE HARINA (v. 1). La harina es un producto de la tierra, y puede que se refiera al parentesco de Cristo con el hombre. Era de flor de harina. Aunque era verdaderamente hombre, estaba enteramente libre de la fibra de la mente carnal. No había en Él defecto, ni rugosidad de pasión o sentimiento; todo en Él era perfectamente uniforme y sincero.
2 AMASADA CON ACEITE (v. 4). El aceite es un emblema del Espíritu Santo. Así como la harina era amasada con aceite, del mismo modo la presencia y el poder del Espíritu Santo impregnaba cada acto y pensamiento del Salvador. El proceso de amasamiento de lo humano y divino es un gran misterio. Grande es el misterio de la piedad.
3 UNGIDA CON ACEITE. «Sobre la cual echará aceite» (v. 1). El aceite en ella y el aceite sobre ella sugieren la doble verdad de la plenitud y de la unción. El Espíritu Santo en nosotros para conducirnos y enseñarnos; sobre nosotros para poder y servicio.
El Espíritu Santo estuvo en Cristo desde su nacimiento, y sobre Él desde su bautismo en el Jordán. Así Él está en nosotros desde nuestro nacimiento, y sobre nosotros desde el día de nuestra entera consagración al servicio de Dios.
4 CUBIERTA DE INCIENSO (vv. 2-16). El incienso era «olor grato a Jehová», y habla de la satisfacción que Dios encuentra en una vida poseída y ungida por el Espíritu.
5 COCIDA EN HORNO. Las verdes espigas eran secadas al fuego y se desmenuzaba el grano (v. 14). El fuego y el desmenuzamiento son emblemas sumamente sugerentes de los sufrimientos de Aquel que era el Santo, pero también «Varón de dolores, experimentado en quebranto».
Él pasó a través del horno de ardiente fuego en el Huerto de Getsemaní. El Pastor fue duramente azotado, fue hecho una oblación perfecta por medio de padecimientos. «Nuestros fueron los padecimientos que sufrió».
6 NO DEBÍA TENER NI LEVADURA NI MIEL (v. 11). La levadura como tipo de pecado representa la obra secreta del engaño y de la corrupción. La miel puede que simbolice la adulación y el aplauso de los hombres. A Jesucristo no le movían ni lo primero ni lo segundo. No había engaño en su boca, y podía decir: «Yo soy la Verdad».
7 SAZONADA CON SAL (v. 13). La sal tiene una influencia pungente y preservadora; algo opuesto a la corrupción. Así es el efecto de la verdad revelada en Jesús sobre los que entran en contacto con ella. El pacto eterno y la infalible fidelidad de Cristo a la voluntad de Dios el Padre son cosas que están sin duda alguna tipificadas por la sal. Él permanece fiel. Tened sal en vosotros mismos.
8 OFRECIDA AL SEÑOR (v. 2). La harina, el aceite, el incienso, estos tres, cuerpo, alma y espíritu, todos presentados al Señor, y aceptados por Él. Ésta es la «ofrenda de allegamiento». Por medio de Cristo tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Presentaos a vosotros mismos (Ro. 12:1, 2).
9 ALIMENTO PARA EL OFRENDANTE (v. 10). Una porción de esta ofrenda era dada a Aarón y a sus hijos «Es cosa santísima». Era el Pan de Dios, y también del hombre. Se precisa de lo santísimo para dar satisfacción al corazón de Dios y al alma del hombre. Venía a ser alimento del ofrendante solo después de haber sido ofrecida a Dios.
Cristo puede solo dar satisfacción a nuestras almas al presentarlo a Dios como nuestro Sustituto, invocando el mérito de su precioso Nombre. Dios no quiere que festejemos nuestra alma con menos que aquello que ha dado infinita satisfacción a su propio corazón.