Deja de Preocuparte Estando con Jesús
Deja de Preocuparte a lo menos lo suficiente como para que se oiga mi voz. Yo te hablo quedamente en las profundidades de tu ser. Como una lanzadera, tu mente va y viene, de aquí para allá y de allá para acá tejiendo redes de ansiosa confusión.
Pídele a mi Espíritu que tranquilice tu mente de modo que puedas pensar mis pensamientos
Cuando mis pensamientos empiezan a tomar forma dentro de ti, se enmarañan en aquellas pegajosas redes de preocupación. De esta manera, mi voz se apaga y tú solo oyes «ruidos blancos».
Pídele a mi Espíritu que tranquilice tu mente de modo que puedas pensar mis pensamientos. Esta habilidad es un beneficio impresionante por ser mi hijo, hecho a mi propia imagen. No te dejes aturdir por los ruidos del mundo o por tus propios pensamientos.
En lugar de eso, experimenta la transformación por la renovación de tu mente. Permanece quieto en mi Presencia dejando que mis pensamientos reprogramen tu forma de pensar.
DEUTERONOMIO 30.20; GÉNESIS 1.27; ROMANOS 12.2