¿Te sientes alguna vez preocupado?
Mi paz os dejo, mi paz os doy… (Juan 14:27)
Hay ocasiones en nuestras vidas en las que nuestra paz se basa simplemente en nuestra propia ignorancia. Pero cuando despertamos a las realidades de la vida, nuestra paz interior desaparece a no ser que provenga de parte de Jesús. Cuando nuestro Señor habla de paz, crea la paz, porque las palabras que Él habla son siempre «espíritu y verdad» (Juan 6:63). ¿He recibido yo lo que Jesús dice? «… Mi paz os doy…», una paz que viene de contemplar Su rostro y de comprender plenamente y recibir Su apacible contentamiento.
¿Estás seriamente preocupado ahora mismo? ¿Tienes temores y te sientes confundido por las olas y el turbión que Dios en Su soberanía ha permitido que entren en tu vida? ¿Has puesto boca arriba todas y cada una de las piedras de tu fe, y sin embargo no has encontrado ningún manantial de paz, gozo o consolación? ¿Te parece tu vida totalmente estéril? Entonces mira hacia arriba y recibe el plácido contentamiento del Señor Jesús.