La Oración que nos Prepara para el Futuro
Te quiero decir algo que he aprendido acerca de la oración, y nunca lo he visto mencionado en ningún libro sobre este tema: la oración debe ser preventiva y dinámica. Por lo general tratamos la oración como remedio, lo cual significa que oramos cuando tenemos una necesidad o cuando nos hallamos en problemas. En cambio, en Lucas 18.1, Jesús nos dice que debemos orar siempre, sin desanimarnos.
La Oración que nos Prepara para el Futuro consiste en aprender a orar antes que aparezcan los problemas, pidiéndole a Dios fortaleza para enfrentarnos a esos desafíos antes que ellos nos golpeen a nosotros. Si oramos por anticipado para vencer la ansiedad, nos estamos preparando para lo inevitable en unos momentos en que nuestra mente está clara y actúa de manera razonable.
Orar de esta manera es lo que trae a la escena el poder del Espíritu Santo, dándonos una fortaleza futura que nos permitirá vencer las dificultades.
En otras palabras, la oración no debe ser lo último que se te ocurra; debe ser lo primero, antes que seas tentado. Antes que te abrumen la duda y el temor. Antes de ser vulnerable.
la oración debe ser preventiva y dinámica. Por lo general tratamos la oración como remedio, lo cual significa que oramos cuando tenemos una necesidad o cuando nos hallamos en problemas.
En cuanto a la tentación, esta es la forma en que se nos indica que debemos orar: «Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno» (Mateo 6.13). En otras palabras, Jesús nos está diciendo que oremos en primer lugar, todo el tiempo, incluso cuando nos sintamos fuertes, de manera que no «caigamos en tentación».
Las tensiones y las dificultades van a aparecer. El temor se va a deslizar hasta dentro de nuestra vida mental; la preocupación se va a convertir en nuestro estado normal. . . a menos que nosotros nos estemos fortaleciendo continuamente en la paz de Cristo a base de pedirle que derrame esa paz sobre nosotros.
Hugh Cairns fue Lord Canciller del Reino Unido en 1868 y también entre 1874 y 1880. Todos los días que ocupó esa posición, su agenda estaba repleta de reuniones y de incontables decisiones que tomar. Sin embargo, pudo escribir lo siguiente: «Si algo he realizado en el mundo, lo atribuyo al hecho de que durante años, la primera hora de cada día de mi vida ha estado dedicada a tener comunión secreta con Dios y a estudiar su Palabra. ¿Acaso cree alguien que yo puedo acudir a una reunión del Gabinete sin haber hablado primero las cosas con Dios?».
La oración no era para Cairns un recurso de última hora. Era su primer recurso: orar antes que surgiera siquiera la crisis. Cuando uno no está ansioso, estresado o bajo presión, es cuando le da gracias a Dios por darle su fortaleza, y es cuando ora para que él lo apoye y defienda contra las presiones que van a aparecer con toda seguridad.