¿Cómo es Dios?
¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
JOB 11.7
¿QUIÉN ES DIOS? ¿Cómo es Él? ¿Es que podemos siquiera comenzar a entenderlo?
Si se está haciendo estas preguntas, bienvenido. Todos nos hemos hecho estas preguntas en algún momento, en voz alta o en nuestro corazón, porque no podemos mirar el mundo a nuestro alrededor y no preguntarnos sobre su creación y su Creador. Así como un reloj tiene que tener un diseñador, este universo tan preciso tiene un Gran Diseñador. Lo llamamos Dios. Su nombre es bien conocido a toda la raza humana. ¿Pero cómo es Dios?
La respuesta es en realidad bien sencilla: Dios es como Jesucristo. Es la razón por la que Dios vino al mundo en la forma de un hombre llamado Jesús. Él hizo que Dios fuera visible a nosotros, y se convirtió en nuestro Redentor. Cuando Jesús regresó al cielo, envió al Espíritu Santo para morar en nosotros los que creemos en Él.
DIOS SE REVELA A NOSOTROS
Dios se ha revelado a nosotros en el libro llamado la Biblia. Leyendo la Biblia con mucho cuidado y regularidad, podemos descubrir cómo es Dios.
Así como un diamante tiene muchas facetas, así también hay muchos distintos aspectos de Dios. Con nuestro espacio limitado, solo podemos repasar cuatro de sus atributos más significativos.
Dios es Espíritu
Primero, la Biblia declara que Dios es espíritu. Una vez, hablando con una mujer junto al pozo de Sicar, Jesús hizo esta sencilla declaración: «Dios es Espíritu» (Juan 4:24).
¿Qué imagen trae a su mente la palabra espíritu? ¿Piensa en un vestigio de vapor que flota a la deriva en el aire? ¿Es espíritu solo una nada sin forma para usted? ¿Es eso lo que Jesús quería decir en cuanto a Dios?
¡No! Espíritu significa «sin cuerpo». Es más, es lo opuesto al cuerpo. Sin embargo es tan real como las páginas de este libro, o más todavía.
Este concepto infinito es difícil de entender con nuestras mentes finitas. Es como tratar de explicar la envergadura y majestad e imponente grandeza del océano a una persona que nunca ha visto un caudal de agua más grande que un charco lodoso. ¿Cómo puede tal persona comprender las profundidades insondables, la vida misteriosa, el poder creciente, el movimiento incesante, la inclemencia terrible de un océano tormentoso o la belleza desbordante de un océano en calma? ¿Cómo puede uno lograr que esa persona crea que tal maravilla existe?
Dios no se limita a cuerpo, forma o demarcaciones. Porque no tiene limitaciones, Él puede estar en todas partes a la misma vez. Puede oírlo todo, verlo todo y saberlo todo.
Nosotros no podemos hacer nada de eso, así que tratamos de limitar a Dios y hacerlo como nosotros. Negamos su poder de hacer cosas que nosotros no podemos hacer. Pero porque lo digamos no quiere decir que es cierto. ¡Dios no tiene límites! No hay límites a su sabiduría, su poder, su misericordia o su amor. No podemos limitar al Dios que nos hizo a nosotros y a nuestro mundo, así como una gota del océano no puede limitar al océano. Dios no tiene límites.
Dios es una Persona
Segundo, la Biblia revela a Dios como una Persona. A través de toda la Biblia se dice «Dios ama», «Dios dice», «Dios hace». Todo lo que atribuimos a una persona se atribuye a Dios. Una persona es alguien que siente, piensa, desea y tiene todas las expresiones de la personalidad.
Nuestra mente finita no puede concebir a una persona que no sea de carne y hueso. Sabemos que nuestras personalidades no siempre estarán vestidas en los cuerpos que ahora habitan, pero nos cuesta trabajo aceptarlo.
Dios no está limitado por un cuerpo, sin embargo es una persona. Él siente, piensa, ama, perdona, simpatiza con los problemas y las tristezas que enfrentamos.
Dios es Santo y Justo
Tercero, la Biblia dice que Dios es un Ser santo y justo. Desde el primer libro de la Biblia hasta el último, Dios se revela como un Dios santo. Es absolutamente perfecto y puro en cada detalle. Es demasiado santo para tolerar el pecado, demasiado santo para soportar los estilos de vida pecaminosos.
Nuevamente este es un concepto difícil de entender para personas imperfectas. Nosotros, que tenemos faltas e imperfecciones obvias, no podemos concebir la pureza y santidad absoluta de Dios. Pero debemos reconocerlas si vamos a entender lo que la Biblia dice acerca de Dios.
Dios es demasiado puro para pasar por alto el mal. No puede tener tratos con el pecado. Una vez tuvimos comunión con Dios cuando la raza humana fue creada originalmente. Pero el pecado destruyó esa comunión, y ahora todos estamos condenados ante Él, dignos solo de su juicio. Solo por medio de Jesucristo podemos restablecer nuestra comunión con Dios. Sin Él, estaríamos perdidos para siempre.
Dios es amor
Cuarto, «Dios es amor» (1 Juan 4:8). Aunque la santidad de Dios demanda que todo pecado sea castigado, el amor de Dios provee el plan y la forma de la redención para nosotros. Dios nos ama, ¡a pesar de nuestro pecado! El amor de Dios proveyó la cruz de Jesús, por la cual podemos recibir perdón. Fue el amor de Dios que envió a su Hijo a morir en nuestro lugar en la cruz.
Nunca cuestione el gran amor de Dios, porque es una parte de Dios tan invariable como su santidad. No importa cuán terrible sean sus pecados, Dios lo ama. Si no fuera por el amor de Dios, ninguno de nosotros tendría una oportunidad para la vida futura. ¡Pero Dios es amor! «Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).
LA CERTEZA DE DIOS
Cuando alguien me pregunta cómo puedo estar tan seguro de quién y qué es Dios en realidad, me hace recordar la historia del niñito que estaba volando un papalote. Era un día hermoso para volar papalotes; el viento soplaba y grandes cúmulos de nubes cruzaban el cielo. El papalote subió y subió hasta que quedó oculto tras las nubes.
—¿Qué haces?—preguntó un hombre al niño.
—Estoy volando un papalote—contestó.
—Un papalote, ¿eh?—dijo el hombre, mirando hacia arriba—. ¿Cómo puedes estar seguro? No puedes verlo.
—No—dijo el niño—, no puedo verlo, pero a cada rato siento un tirón en la cuerda. ¡Por eso estoy seguro de que está allí!
No acepte lo que otra persona le dice en cuanto a Dios. Búsquelo usted mismo, y entonces sabrá por el maravilloso y caluroso tirón en las cuerdas de su corazón que de seguro Él está allí.