Dios es Quien Reina
“Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. (Mateo 6:13)
Dios es la más alta autoridad de todo el universo; no existe nadie que esté por encima de Él. El corazón de todos los reyes de la tierra está en Su mano y lo inclina hacia lo que Él quiere. Dios tiene el poder para poner y quitar reyes.
El Señor Jesús dijo a Pilatos que ninguna potestad tendría sobre Él si no le hubiese sido dada de arriba, por Dios. Los hombres que gobiernan las naciones son tan sólo un reflejo de la condición espiritual de sus habitantes.
El gobierno de Cristo vino a ser establecido a través de personas, éstos fueron los apóstoles que en menos de un siglo habían transformado el mundo entero a través del evangelio. Los de Tesalónica decían de ellos: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos 17:6).
Los judíos que acusaron a Pablo ante el gobernador Félix, dijeron de él: “Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos” Hechos 24:5.
Los apóstoles estuvieron dispuestos a darlo todo, hasta su propia vida, para que el Reino de Dios fuese establecido en esta tierra. Se esforzaron en romper los moldes de paganismo que ya se habían establecido en las diferentes naciones. Este trabajo que ellos empezaron, lo continuaron los discípulos que establecieron en las diferentes naciones; estos, al igual que sus antecesores, estuvieron prestos a establecer el Reino de Dios en esta tierra, al precio que fuese.
Algunos sellaron su testimonio de fe en la hoguera, otros quedaron destrozados por las fieras en los circos romanos, otros estuvieron en prisión, y muchos perdieron sus bienes o murieron a espada. Todos estos creyentes de los primeros siglos tenían un solo propósito en sus corazones: establecer el Reino de Dios en la tierra.
Esta es la razón por la que en tan sólo tres siglos el imperio más violento de todas las épocas: el imperio romano, fue convertido al cristianismo prácticamente en su totalidad. Una de las metas fundamentales de los creyentes era llevar el evangelio a los líderes políticos; por este motivo, Pablo apeló al César, quien en ese momento era la máxima autoridad política
Nosotros hoy debemos esforzarnos por andar en las mismas pisadas de los apóstoles y sin temor, tratar de conquistar el liderazgo político de cada nación para la gloria de Jesucristo.
Jesús el Centro de mi vida
“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”. (Juan 3:30)
Juan el Bautista había logrado ganar un lugar de honra dentro de la comunidad judía. Muchos lo veían como el Mesías prometido; aún sus mismos discípulos fueron a reclamarle que Jesús estaba teniendo mucho más éxito que él en Su ministerio. “Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él” (Juan 3:26).
Juan les respondió que su ministerio prácticamente había concluido y que él tenía que hacerse a un lado para que Jesús tomara Su lugar. “Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:27-30)