Tome el Desafío de Caminar en Libertad. Predica de Joel Osteen, pastor de Lakewood Church
Nosotros recibimos nuestro ADN de nuestros padres. Los genes heredados determinan nuestro aspecto, qué tan altos somos y el color de nuestro cabello. La gente nos dice con frecuencia, por ejemplo, que nuestro hijo, Jonathan, tiene los ojos de su madre y que se parece a Victoria. “Gracias, Dios”, yo digo.
A través de los genes no solamente se transmiten los rasgos físicos, sino también nuestros rasgos de personalidad, nuestro desenvolvimiento, nuestra actitud y nuestro sentido del humor.
Nuestra hija, Alexandra, es sumamente pulcra y organizada. Desde que era chica mantenía su cuarto perfectamente limpio y ordenado. Impecable. Nosotros nunca le pedimos que hiciera eso. Ese rasgo provino de mi abuelo. Él era así. Mi madre también es así. Ha sido heredado por cuatro generaciones. En alguna parte tienen un gen que dice: “Sé pulcro. Sé limpio. Sé organizado. Mantén todo perfectamente en su lugar”.
Pero así como se pueden heredar las buenas características, también las características negativas. Si uno de sus padres fue alcohólico, hay una probabilidad diez veces mayor de que usted se vuelva un alcohólico.
Durante años se pensó que había poco que uno pudiera hacer con respecto a las cosas malas que se habían heredado genéticamente. Pensábamos: Bueno, ni modo. Está en mis genes. Depresión, adicciones, baja autoestima; no hay nada que pueda hacer al respecto.
Cuando usted escoge la vida, escoge bendición, escoge la victoria, usted y sus descendientes verán el favor de Dios.
Pero recientemente los investigadores han descubierto algo que llaman epigenética, que significa “por encima de los genes”. Cayeron en cuenta que los genes que nos han sido heredados no siempre son activados. Su influencia en usted depende de sus decisiones, su ambiente y sus experiencias.
Ahora bien, mientras que no podemos desactivar cuál será el color de nuestro cabello o la forma de nuestros ojos, hay ciertos genes que podemos, en efecto, encender o apagar, dicen los científicos.
Han descubierto lo que dice la Escritura: El que uno haya heredado algo no significa que a su vez tenga que pasarlo a la siguiente generación.
Usted puede desactivar los genes negativos que le han sido heredados. En otras palabras, solo porque su madre estaba deprimida no quiere decir que se supone que usted esté deprimido. Probablemente tenga una tendencia natural hacia ello. Lo que tiene que hacer es apagar ese gen. Desactívelo. No se lo herede a sus hijos.
Es fácil usar la genética como una excusa. “Bueno, mi mamá se deprimía. Mi abuela era pesimista. Mi bisabuela era una quejumbrosa. Joel, así es como soy”.
No, así no es como es usted. Usted es un hijo del Dios Altísimo. Y así como usted heredó su ADN físico de sus padres terrenales, usted heredó su ADN espiritual de su Padre celestial. Él puso en usted genes de gozo, genes de fuerza, genes de paz y genes de victoria.
Usted puede escoger
Usted quizá ha tenido mucho bagaje negativo que se le ha heredado. En su linaje quizá hayan existido adicciones, divorcio, depresión o baja autoestima. No sea pasivo y simplemente acéptelo. Dios lo ha levantado para ponerle fin. Usted tiene que trazar una línea en la arena y decir: “Se acabó. En este momento apago el gen de depresión. No voy a pasar mi vida desanimado. Este es el día que hizo el Señor. Decido ser feliz”.
Cuando usted toma esa decisión, ¿qué está haciendo? Desactivando el gen de depresión. Lo está apagando. ¿Por qué no apaga el gen negativo? Apague el gen de alcoholismo. Apague el gen de autocompasión. Este es un nuevo día.
No culpe su pasado. No culpe a su mamá. No culpe a su abuelito. Tome responsabilidad y comience a activar los genes correctos. Si usted comienza a tomar las decisiones correctas, usted puede invalidar las cosas negativas que heredó. Usted puede romper una maldición generacional.
Usted tiene el poder de ponerle fin y comenzar una bendición generacional. Usted puede heredar cosas que le va a hacer la vida más fácil a sus seres queridos. Después de todo, nuestros hijos tienen suficiente que vencer sin tener que cargar todo nuestro bagaje negativo. Incluso si usted no lo hace por usted mismo, hágalo por sus hijos.
Hágalo para hacerle la vida más fácil a los que vengan después de usted. La Escritura le llama iniquidad a este bagaje negativo. Esto puede ser heredado por cuatro generaciones.
Las cosas con las que batalla, no aparecieron de pronto. Alguien en su linaje abrió la puerta.
Yo hablé con una joven que tenía anorexia. Era solo piel y huesos. Su madre tiene el mismo problema. Su abuela batalló con ello también. Eso no es una coincidencia; es una iniquidad que es pasada de generación en generación. Esta iniquidad continuará hasta que alguien se levante y le ponga un alto. Alguien tiene que desactivar ese gen.
Dios dijo en Deuteronomio 30: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. Observe la advertencia de que sus decisiones no solo lo afectan a usted. Afectan generaciones futuras. Ningún hombre vive y muere para sí.
Hemos escuchado mucho acerca de la maldición generacional, pero lo que es más importante es nuestra decisión generacional. Cada decisión correcta que usted tome invalida las decisiones equivocadas de los que le han precedido. Cuando usted escoge vida, escoge bendición, escoge la victoria, usted y sus descendientes verán el favor de Dios.
Ernest Hemingway fue uno de los escritores más grandes de su día, pero la depresión, el alcoholismo y el suicidio lo asediaron a él y a sus familiares. Hemingway se quitó la vida en 1961. Su hermana cometió suicidio cinco años después. Su hermano se suicidó dieciséis años después de eso. Su nieta hizo lo mismo en 1996.
Es interesante también que el padre de Hemingway se quitó la vida en 1928. Me estaba preguntando que habría sucedido en la década de 1920 si su padre hubiera desactivado el gen suicida. ¿Qué habría pasado si se hubiera levantado y dicho: “No. Yo he sido hecho a la imagen del Dios todopoderoso. Yo tengo un propósito y un destino. Me estoy sacudiendo estos pensamientos negativos derrotados. Sé que el poder en mí es mayor que cualquier fuerza que venga en mi contra”?
Si hubiera tomado autoridad sobre ese espíritu negativo y en su lugar hubiera activado el gen de la fe, el gen de la victoria, el gen de más que vencedor, hubiera cambiado su linaje. Podría haber roto la maldición generacional y comenzado una bendición generacional.
Su ADN es poderoso
Mis preguntas para usted son: ¿Se ha conformado en algún punto por debajo de lo que usted sabe que Dios ha puesto en usted? ¿Ha renunciado a un sueño o dejó ir una promesa, solo porque no sucedió a la primera? Probablemente tuvo un revés. Quizá alguien le dijo: “No eres lo suficientemente talentoso. No eres lo suficientemente grande”. Pero le pregunto con todo respeto: “¿Qué está haciendo allí? Usted tiene tanto dentro de sí. Está lleno de talento, ideas, creatividad y potencial”.
Cuando Dios sopló su vida en usted, puso parte de sí mismo en usted. Podría decir que usted tiene el ADN del Dios todopoderoso. Usted está destinado a hacer grandes cosas, destinado a dejar su marca en esta generación.
Su Padre celestial habló y los mundos vinieron a la existencia. Lanzó estrellas al espacio. Pintó cada amanecer. Él diseñó cada flor. Hizo al hombre del polvo y sopló vida en él. Ahora bien, esta es la clave: Él no solamente es el Creador del universo, Él no solamente es el Dios todopoderoso, Él es su Padre celestial. Usted tiene su ADN. Imagínese lo que puede hacer.
Usted está equipado. Facultado. Totalmente cargado. Sin falta de nada. No se atreva a conformarse con lo segundo mejor. No se quede atorado en una zanja pensando que ya alcanzó su límite. Trace la línea en la arena y diga: “Se acabó. He dejado que lo suficientemente bueno sea lo suficientemente bueno suficiente tiempo.
Hoy es un nuevo día. Mi sueño quizá no se hizo realidad la primera vez que lo intenté, o incluso la quinta o la trigésima, pero no me voy a conformar. Estoy estirando mi fe, buscando oportunidades, tomando pasos para mejorar. Voy a llegar a ser todo lo que Dios me ha creado que yo sea”.