Como la gente del Oriente se ciñe los vestidos largos para la acción, a los creyentes se les insta a preparar su mente con la Palabra de Dios a la espera del regreso de Cristo (1 Pedro 1:13-16)
Como cristianos debemos reflexionar sobre el matrimonio, no solo debemos mostrar nuestra fe cristiana mediante acciones cristianas para con el rey, el país y los vecinos, sino también en nuestras propias casas.
En esta epístola se ofrece una espléndida ilustración de cómo Pedro cumplió la comisión que le dio el Señor: Y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. ❯
Comentario bíblico del Libro de 1 Pedro
Un don inefable Gracias a Dios por su don inefable (2 Co. 9:15). Ésta es una de las doxologías de Pablo. En la mayoría de ellas no parece haber relación entre el tema de que trata y la doxología.
La mente fría. Sed sobrios. Esto es más que un mandamiento contra la intemperancia. Es un llamamiento a los pensamientos serios. La nuestra es una era frívola, mariposeante. Pero no confundamos la seriedad con la lobreguez.
La definición de la santidad. En un sentido, es indefinible. George Goodman observa: No hay palabras que puedan describir la santidad, porque es conocida solo por los que se dan a Dios
La definición de la santidad. En un sentido, es indefinible. George Goodman observa: No hay palabras que puedan describir la santidad, porque es conocida solo por los que se dan a Dios.
El amor se deleita en cumplir los deseos y obedecer los mas pequeños mandatos del ser amado. Esto es preeminentemente cierto en cada experiencia individual si realmente amamos al Señor.
UNA RELIGIÓN DEL CORAZÓN. Obsérvese el énfasis que se le da aquí a una religión del corazón. Es algo que debe tener lugar en los corazones del pueblo de Dios
El pasaje final de este gran capítulo es como un paisaje bajo la incierta luz del amanecer. Aquí y allá las negras sombras permanecen y prolongan la noche
El Señor mira el corazón, y no debe haber ninguna controversia secreta ahí con él: no traidores en el campo. No se trata de qué es lo que otros puedan pensar de mí. Si yo acaricio la iniquidad allí, entonces debo confrontarla si quiero prevalecer con Dios.
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