El Bautismo del Espíritu. Bosquejos Bíblicos para Predicar Hechos 8:38
Hay un Señor, una fe, un bautismo (Ef. 4:5). Sin embargo, las Escrituras enseñan de manera clara:
1. Un bautismo con agua (Hch. 8:38).
2. Un bautismo con el Espíritu Santo (Mt. 3:11).
3. Un bautismo en Jesucristo (Ro. 6:3).
¿Cuál es el un bautismo? Los primeros dos sin el último serían insuficientes. ¿Es el bautismo el bautismo en Cristo? (Gá. 3:27). ¿Y no es el bautismo con agua el testimonio terreno, y el bautismo con el Espíritu Santo el testimonio celestial de este un gran bautismo? De manera que mediante estos dos testigos (humano y divino) queda establecida la gran verdad mística de nuestra unión espiritual con Cristo.
Por el Espíritu somos primero bautizados en Cristo, y luego por Cristo somos bautizados con el Espíritu. Observemos por un momento qué implica este bautismo en Cristo:
1. Implica MUERTE. «¿O ignoráis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? » (Ro. 6:3). Y esto no es una mera figura de lenguaje, sino una solemne realidad espiritual. He muerto… y ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí (Gá. 2:19, 20).
2. Implica SEPULTURA. «Sepultados juntamente con Él para muerte por medio del bautismo» (Ro. 6:4). No se trata solo de una sepultura en agua, sino para muerte, en la muerte de Cristo. La muerte al yo debe en realidad tener lugar antes que ceda a la sepultura, porque en tanto que viva gustará de ser visto por los hombres.
3. Implica RESURRECCIÓN. «Habiendo sido sepultados con Él en el bautismo, en el cual fuisteis también con Él» (Col. 2:12). No puede haber resurrección sin muerte. Haber resucitado con Cristo es la prueba de que hemos muerto en Él. Filipenses 3:10 en su sentido inverso.
4. Implica SEMEJANZA. Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo» (Gá. 3:27). Si hemos sido plantados juntamente en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección. Nuestra semejanza a su resurrección será precisamente en aquella medida de nuestra semejanza en su muerte.
5. Implica UNIDAD. Por un Espíritu somos todos bautizados en un Cuerpo. Todos los bautizados en Cristo son miembros del un Cuerpo, y así son todos uno en Él. Puede que no estemos todos en un mismo credo, pero todos los creyentes en Cristo son uno en Él.
El bautismo del Espíritu Santo, como la conversión, no es experimentado por todos de la misma forma. A algunos la certidumbre les ha venido repentinamente, a otros les ha venido como una revelación gradual.
Algunos pueden recordar el día y lugar en que el poder cayó sobre ellos como un manto del cielo; otros sólo pueden decir: «Antes era débil, ahora soy fuerte». Y ¡cuántos más parecen contentarse con no saber nada acerca de ello como una posesión presente, personal y preciosa. Con respecto a este bautismo, podríamos observar:
I. El Bautizador. Él os bautizará en Espíritu Santo (Mt. 3:11). Es a Él sólo que debemos mirar para esta poderosa y concreta bendición. Este gran don es el fruto de su humillación y muerte. Y para la gloria de su propio Nombre Él está tan dispuesto a bautizar a un santo como a salvar al pecador.
II. La promesa. «SERÉIS bautizados con el Espíritu Santo» (Hch. 1:5).
«Recibiréis el don del Espíritu Santo, porque PARA VOSOTROS es la promesa» (Hch. 2:38, 39). Esta promesa, «Él os bautizará», es igual de cierta, y debería ser tan ciertamente experimentada, como «Él salvará ». Y, además, esta promesa es la segunda parte de la gran salvación. No era suficiente que los hijos de Aarón fueran lavados, sino que debían ser también ungidos.
III. El cumplimiento. «Esto es lo dicho por medio del profeta Joel» (Hch. 2:16). Ahora estaban perfectamente ciertos de que la gran promesa estaba cumplida en la propia experiencia de ellos. Pedro testificó que «cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio» (Hch. 11:15; cp. 2:15). Juan escribe también: «Tenéis unción del Santo» (1 Jn. 2:20).
Pablo habla de la «renovación por el Espíritu Santo, a quien derramó sobre nosotros abundantemente» (Tit. 3:6). Cada embajador de Cristo debería poder dar testimonio, como Cristo, de que El Espíritu del Señor es sobre Mí, por cuanto me ha ungido (Lc. 4:18, RV).
IV. La necesidad. «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?» (Hch. 19:2). La necesidad de este don, y la necesidad de saber que lo hemos recibido, son cosas ambas implicadas aquí.
Sabemos que «Nadie llama a Jesús Señor excepto por el Espíritu», pero es evidente que aquí se significa algo muy diferente, y este algo es de vital importancia para cada creyente. «Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.» ¿Lo has recibido?
V. La condición. «Has amado la justicia y aborrecido la maldad; POR TANTO te ungió Dios, el Dios tuyo» (Sal. 45:7). Este amor y este aborrecimiento son el fruto de un corazón perfectamente recto delante de Dios. Si se ama a Dios de todo corazón, entonces el pecado será aborrecido de todo corazón. Los sacerdotes de antiguo tenían que ser limpiados antes de su unción, y este orden jamás ha sido cambiado.
Si tu cabeza no ha de carecer de unción, tu corazón no debe entonces abrigar pecado. «Yo os tomaré de entre las naciones, y os traeré a vuestra propia tierra. LUEGO rociaré sobre vosotros agua limpia (tipo del Espíritu Santo)» (Ez. 36:24, 25, V. M.) La separación y la restauración precedieron a la santa aspersión.
VI. La evidencia. «Nos recomendamos como ministros de Dios… en el Espíritu Santo» (2 Co. 6:4-6). La presencia y el poder del Espíritu Santo es la insignia por la que se conoce a un hombre como ministro de Dios. Si esto está ausente, solo puede hablar como uno sin autoridad, como los escribas. «Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba» (2 Co. 10:18).
VII. El resultado. ¡Qué maravillosos que son los resultados del bautismo del Espíritu Santo, tal como se registra en Hechos, cuando «fueron todos llenos del Espíritu Santo»! ¿Quién puede medir los resultados desde los tiempos de los apóstoles? ¿Cuáles son los resultados sin este revestimiento?