LAS BENDICIONES DEL SEÑOR Sofonías 3:10-20
(Nota: Los enlaces en azul, señalan a los textos Bíblicos en su contexto y a términos ampliados en el Diccionario Bíblico.)
Las bendiciones que aquí se prometen son, naturalmente, para Israel, y se cumplirán totalmente cuando el Señor traiga una completa liberación para su pueblo esperándole en su Segunda Venida. Pero su sentido espiritual es para el pueblo de Dios en todas las edades. Contemplemos:
I. Lo que Él ha hecho. A la luz de nuestra propia experiencia como cristianos.
1. ÉL HA QUITADO TUS JUICIOS (v. 150. El juicio que colgaba sobre nosotros como espesa nube, debido al pecado, ha sido quitado gracias a la Cruz. «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» (Ro. 8:1). El juicio ha pasado, y la verdadera luz resplandece ahora sobre el alma perdonada
2. ÉL HA ECHADO FUERA A TUS ENEMIGOS (v. 15). Ha expulsado de ti aquel espíritu malvado que sigue obrando en los hijos de desobediencia. La esfera de operación de Satanás está ahora fuera de la ciudadela del alma justificada. Por ello, mantén cerradas las puertas contra él, y no cedas a la tentación.
3. ÉL ESTÁ EN MEDIO DE TI (v. 15). El Más Poderoso Espíritu ha venido a tomar posesión. Él estará contigo y en ti (Jn. 14:17). Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. Por medio de Él sois más que vencedores. «Dios está en medio de ella; no será conmovida». «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».
II. Lo que Él hará. Dios está en medio de ti.
1. ÉL QUE ES PODEROSO TE SALVARÁ (v. 17, V.M.). La salvación de Dios es una liberación pasada, presente y futura. Un gran todo en su propósito eterno. ¿No necesitamos acaso una salvación diaria del pecado y de la insensatez, de la duda y del temor, de la apatía espiritual y de la ignorancia, de la afirmación del yo y del testimonio infructuoso? Él salvará. No hay otro Nombre bajo el cielo dado a los hombres en quien podamos ser salvos.
2. ÉL SE GOZARÁ SOBRE TI CON ALEGRÍA (v. 17). Sí, aquellos que están siendo plenamente salvos a diario traen alegría al corazón del Salvador. El Señor no se regocijará sobre una cosa dañada o sobre un vaso estropeado, o sobre una vida profesadamente cristiana que no llega a cumplir su elevado y santo propósito.
Si tu vida es un sacrificio de gozo al Señor, puedes tener la certidumbre de que Él «se gozará sobre ti». «Nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Ro. 5:11).
3. ÉL DESCANSARÁ EN SU AMOR (v. 17). ¡Oh, la dulzura de este pensamiento, que nuestro Dios puede hallar reposo en la grandeza de su amor por nosotros: aquel amor que nunca falla, y que es más fuerte que la muerte. Él quiere reposar y reposa en aquel amor que dio a su Hijo unigénito a la muerte por todos nosotros.
Reposa en su amor visto en el voluntario sacrificio ofrecido por su Hijo. Reposa en el triunfo de aquel amor que trae salvación a todos los hombres. ¡Qué lugar de reposo es éste para nuestros propios corazones, ahora y siempre! Reposemos en SU AMOR, no en el nuestro.
III. Lo que deberíamos hacer.
1. ALABEMOS SU BENDITO NOMBRE. «Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón» (v.14). «Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres» (Sal. 107:15). En aquel día Israel será puesto «para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra» (v. 20).
Durante muchas generaciones ellos han sido «burla y refrán» entre las naciones, pero llegará el «día de su coronación », cuando su Rey y Redentor de la Iglesia tomará a Sí su derecho, y reinará sobre toda la tierra.
¡Oh, cristiano, alégrate y regocíjate con todo tu corazón, porque Él ha hecho grandes cosas por ti. Porque Él te ha liberado en el pasado, te libera en el presente, y también te liberará (2 Co. 1:10). Gracias sean dadas a Dios.
2. NO TEMAMOS. «No temas» (v. 16). No hay lugar para el temor ni para la incertidumbre en la Economía de la Gracia Divina. Aquel que planeó los Cielos y todo el esquema de la salvación del hombre, y los movimientos de un átomo, no fallará a sus hijos que en Él confían. «Él dijo: De ningún modo te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré» (He. 13:5-6).
3. SEAMOS DILIGENTES EN EL SERVICIO. «No se debiliten tus manos» (v. 16). Las manos débiles son una evidencia de corazones débiles. La debilidad en la obra del Señor es una debilidad prevalente entre su pueblo.
La política de «ir poco a poco» es lo que se practica en las filas de los obreros cristianos. Lo que tu mano halle para hacer, hazlo de corazón como para el Señor. Busquemos servir a nuestro Maestro lleno de gracia como si Él estuviera a nuestro lado mirándonos, y esperando a recibir el artículo acabado.