Fuera de Cristo no Tenemos Fruto, ni Gozo
El pámpano no puede llevar fruto por sí mismo (Juan 15:4)
¿Cuándo empezaste a llevar fruto? Cuando viniste a Jesús, confiaste en su gran expiación y descansaste en su perfecta justicia. ¡Ah, qué fruto llevabas entonces! ¿Recuerdas esos primeros días? Entonces, en verdad, la vid florecía, las tiernas uvas aparecían, las granadas germinaban y las eras de especias daban su fragancia.
Cuando viniste a Jesús, confiaste en su gran expiación y descansaste en su perfecta justicia.