Las Ventanas del Reino
"E hizo a la casa ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera." 1 Reyes 6:4
Salomón le hizo al templo ventanas con rejas. Estas ventanas estaban elevadas en el lado interior de la pared del templo. Eran aberturas con enrejados o postigos que podían dejarse abiertos, cerrados o medio abiertos y servían para dejar salir el vapor de las lámparas y el humo del incienso, así como para dejar entrar la luz.
Lo primero se logra mediante la oración que equivale a la respiración del espíritu
Dos utilidades tenían estas ventanas. La primera era airear el recinto, permitir que penetrara y circulara el aire dentro del templo. Así se limpiaba y descontaminaba el aire de humo. La segunda utilidad era iluminar el interior con luz natural.
En nuestro caminar en el reino de Dios necesitamos ejercer en el plano espiritual estas dos acciones: Respirar aire limpio de todo lo que contamina, no enrarecido sino puro; y por cierto, necesitamos siempre que nuestra alma sea iluminada con la luz de Dios.
Lo primero se logra mediante la oración que equivale a la respiración del espíritu. Necesitamos llenar nuestros pulmones espirituales con la presencia de Dios, quien nos brinda el oxígeno que nos descontamina de culpas, temores, pecados y todo tipo de sentimientos negativos.
Y lo segundo se logra mediante la lectura y reflexión de la Palabra de Dios que ilumina nuestra mente con la Verdad y trae entendimiento de las realidades espirituales.
Ambas acciones las promueve el Espíritu Santo y son las ventanas del Reino que permiten oxigenarnos e iluminarnos en fe.