Como peregrinos y extranjeros en la tierra tenemos dos peligros a los que estamos siempre expuestos, el de quedarnos cómodamente aposentados en nuestra actual condición de comodidad, o el de introducirnos inquietos en nuevas esferas y circunstancias.
Una vida de humildad delante de Dios. Te ha traído Jehová tu Dios para afligirte. Nunca escogeríamos por nosotros mismos el camino de la humillación. Ser humillados es precisamente ser puestos en aquella posición
Deuteronomio viene de dos palabras griegas que significan segunda ley, y se llama así por el hecho de que registra la repetición de las leyes dadas en el Sinaí. Moisés Les exhorta a que obedezcan la ley a fin de que puedan gozar de prosperidad. ▶ Ver Comentario bíblico del Libro de Deuteronomio
Canaán puede representar de modo apropiado la herencia presente del creyente, aunque muchos parecen contentarse con morar en el desierto con la promesa de «pan y agua», en lugar de proseguir para lograr una plena liberación y gozosa abundancia. Bosquejo bíblico para predicar de Deuteronomio 9-11
De toda otra confianza desligados, De toda ’anterior concupiscencia’ liberados; Tu liberto soy, oh Señor, y a Ti clamo, Guárdame de dolorosos tropezones.
No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes Ef. 6:12
Somos bendecidos con toda bendición espiritual en Cristo Jesús. Las bendiciones registradas en este capítulo son solo figuras de las verdaderas: sombras de cosas mejores por venir a todos los que son obedientes a la voluntad de Dios
Dios a nadie pierde sino al que se va, Y nadie se va sin que Dios se duela; Dios se duele por su abandono, Yendo tal corazón a su propia condenación. Abandonar a Dios es abandonar la FUENTE DE AGUAS VIVAS.
Se mencionan dos rocas en este capítulo. Una representa a los dioses de los paganos, o los falsos fundamentos sobre los que los hombres cegados por el pecado erigen sus falsas esperanzas
Para los hombres impíos el tiempo de su caída es fatal; no hay levantamiento para ellos. Suben más y más arriba en la escalera de sus riquezas, pero por fin no pueden subir más arriba, se deslizan sus pies y todo ha pasado.
Señor, no siempre quisiéramos traerte, Quejas y gemidos, sollozos y suspiros; Quisiéramos gozosos cantar delante de Ti Sobre nuestros éxtasis surgidos de tu Cruz. Contar las muchas bendiciones que gozamos es una cosa excelente para barrer las nubes de las amortecedoras ansiedades
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