El Equilibrio Adecuado
Debería existir un equilibrio entre la sobriedad y la risa. La Biblia enseña ambas. 1 Pedro 5:8 dice que seamos “sobrios”, pero no dice que pongamos cara seria. Mateo 5:14 afirma que somos la “luz del mundo”. Usted podría decir que una sonrisa es como el interruptor que enciende la lámpara. No hay mucha oportunidad de reír si no comenzamos con una sonrisa.
El corazón alegre constituye buen remedio
Si tenemos el ceño fruncido, cuando las comisuras de nuestros labios ven hacia abajo, eso puede arrastrarnos hacia abajo emocionalmente.
Cuando frunzo el ceño, puedo literalmente sentir pesadez (adelante, pruébelo; creo que va a sentir lo mismo). Pero cuando sonrío, siento que todo mi semblante se levanta.
Puedo estar a solas y sonreír. Ni siquiera necesito algo en particular de lo cual sonreír. Simplemente me hace sentir más feliz sonreír ocasionalmente, incluso cuando estoy sola. Puedo añadir que siempre he sido por naturaleza una persona con una mentalidad muy seria y con una expresión facial sobria, y si yo puedo aprender a sonreír, cualquiera que esté realmente dispuesto puede hacer lo mismo.
Se requieren más músculos faciales para fruncir el ceño que para sonreír. Algunos de nosotros probablemente tenemos músculos débiles por la falta de uso, pero se van a desarrollar en un corto periodo.
Adelante, pruébelo. Actúe como un niño pequeño. Frunza el ceño y vea cómo se siente; luego, sonría y vea cómo se siente. Hay dos buenas razones para aprender a sonreír. Primero, lo ayuda a verse y sentirse mejor. Segundo, ayuda a los que están a su alrededor.
Una de las maneras en que podemos mostrarle al mundo el gozo que proviene de permanecer en Jesús es teniendo un aspecto feliz. Cuando la paz y el gozo del Señor son una parte regular de nuestro semblante, les comunica un mensaje silencioso a aquellos con los que nos relacionamos. Proverbios 17:22 dice: “El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos”. Ore y pídale a Dios que lo ayude a sonreír con frecuencia. ¡Tome su medicina: ría más!