El Verdadero Reino
Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, que a sangre te destinaré, y sangre te perseguirá; y porque la sangre no aborreciste, sangre te perseguirá. Ezequiel 35:6
La causa de Cristo nunca ha progresado por la lucha terrenal, aunque muchas almas descarriadas lo han intentado. Cuando se emplean estas tácticas, invariablemente se afecta nuestro testimonio cristiano en lugar de mejorarlo.
El Reino de Dios no puede crecer por armas físicas o estrategias mundanas. Como Jesús le dijo a Pilato: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí (Juan 18.36).
Mi Reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos
Jesús reprendió severamente a Pedro: Mete tu espada en la vaina (Juan 18.11). Mateo dice que Él añadió: «porque todos los que tomen espada, a espada perecerán» (Mateo 26.52).
Estas palabras eran un eco de Génesis 9:6: El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada. Jesús estaba destacando que Él consideraba que la acción de Pedro no era un acto de legítima defensa, sino más bien un acto ilegal de intento de asesinato, digno de ser castigado con la muerte.
A pesar de que el arresto de Jesús era un acto injusto y cobarde, se estaba realizando por las autoridades debidamente constituidas en Jerusalén y por lo tanto, no debía ser resistido con fuerza ilegal Romanos 13.2.
Los actos de violencia o desobediencia civil por una persona contra gobiernos debidamente constituidos siempre son equivocados, incluso si el propio gobierno es injusto. Este es un punto que debe volverse a recalcar en una época en que muchos cristianos sienten que se justifica violar la ley para protestar contra el gobierno y sus males.