Los hombres de Efraín entraron y pasaron a cuchillo a todos sus habitantes cananeos, cuando se estaban instalando en los territorios recientemente conquistados (Jue. 1:22-25); al final, la ciudad quedó, de hecho, en poder de los efrainitas (1 Cr. 7:28).
Cuando los israelitas se reunieron en Mizpa, cerca de Gabaa, para combatir contra Benjamín, sacaron el arca de Silo, a 29 Km. de distancia; de Mizpa fue después llevada a Bet-el, a unos 13 Km (Jue. 20:1, 27). Los hombres de Israel acudían allí para consultar a Jehová; erigieron allí un altar provisional, ofreciendo sacrificios sobre él (Jue. 20:18-26).
Al final de la guerra, volvieron a Bet-el, presentándose ante Jehová, y construyeron un nuevo altar, o repararon el antiguo, y ofrecieron holocaustos (Jue. 21:2-4).
Cuando ya no había servicio sacerdotal en Silo, a causa de la pérdida y de la recuperación del arca, Bet-el fue uno de los lugares en el circuito que Samuel recorría juzgando a Israel; allí se presentaban las ofrendas a Dios (1 S. 7:16; 10:3).
Allí Jeroboam, cuando tuvo lugar el cisma nacional, puso uno de sus becerros (1 R. 12:29-33), para impedir que los israelitas fueran a Jerusalén a adorar. Se erigió un altar, y se ofrecieron sacrificios al ídolo, pero fue condenado por un varón de Dios, y el altar fue quebrado (1 R. 12:29-33; 13:1-32; Am. 7:10, 13).
Los profetas denunciaron el culto idolátrico, y a los que los practicaban (Jer. 48:13; Os. 10:15; Am. 3:14; 4:4; 5:5, 6). Fue entonces que fue llamado Bet-avén, o «casa de iniquidad, o de vanidad» (véase BET-AVÉN, cp. Os. 4:15; 5:8; 10:5).
Amós, a causa de su audaz predicación, estuvo en peligro en Bet-el (Am. 7:10-13). Josías destruyó sus altares y lugares altos; allí quemó, conforme a lo predicho por el profeta Abías, huesos sacados de los sepulcros de los sacerdotes paganos (2 R. 23:4, 15-20).
Algunos habitantes de Bet-el retornaron del exilio babilónico con Zorobabel (Esd. 2:28; Neh. 7:32); esta ciudad volvió entonces a manos de los benjamitas (Neh. 11:31).
Las ruinas de esta ciudad, llamada Beitin, se encuentran en la línea de división de las vertientes de Palestina, a 18 Km. al norte de Jerusalén, en la cumbre de una colina que desciende hacia el sudeste, ocupando unas 80 Ha. Existen allí abundantes restos arqueológicos e históricos.
🔆 Versiculos Biblicos por Temas