La Ley expone los mandamientos y exigencias del Señor. La profecía juzga el comportamiento de los hombres a la luz de la voluntad de Dios, y revela el desarrollo de Su plan eterno.
Por lo que respecta a la sabiduría, ella se esfuerza, mediante la observación, experiencia y reflexión, en llegar a conocer a los hombres y a Dios.
La Ley y la profecía, que provienen directamente de Jehová, expresan Su misma Palabra. La sabiduría, expresión del buen sentido humano, es asimismo un don de Dios.
Implica la reverencia hacia el Señor y la obediencia a Sus mandamientos (Sal. 111:10; Pr. 9:10; Ec. 12:13). La sabiduría es personificada en los primeros capítulos de Proverbios y en el libro de Job (véase PROVERBIOS [LIBRO DE LOS]).
A lo largo de toda la historia de Israel se dieron sabios consejeros (Jer. 18:18); entre otros,
la astuta mujer de Tecoa (2 S. 14:2);
la mujer sabia de Abel-bet-maaca (2 S. 20:18);
los cuatro renombrados sabios: Etán, Hemán, Calcol y Darda (1 R. 4:31).
Se servían de
parábolas (2 S. 14:4-11);
preceptos (Pr. 24:27-29);
proverbios (Pr. 24:23-26);
enigmas (Pr. 1:6);
lecciones de la vida (Pr. 24:30-34).
Muestras de este género:
La parábola de Jotam (Jue. 9:7-20);
la adivinanza de Sansón (Jue. 14:14);
las parábolas de Natán (2 S. 12:1-7),
de la mujer de Tecoa (2 S. 14:4-17),
y por un profeta desconocido (1 R. 20:35-43);
la fábula del rey Joás (2 R. 14:9, 10).
Los máximos exponentes de la sabiduría hebrea son
Job,
Proverbios y
Eclesiastés.
Entre los libros apócrifos se pueden señalar
Eclesiástico, y
Sabiduría de Salomón.
🔆 Versiculos Biblicos por Temas