Un Salvador Resucitado. Por Ivan Tapia
"Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra"
Hechos 2:34
No fue el rey David quién ascendió sino Jesucristo. El rey mismo lo atestigua. ¿Por qué entonces no reconocemos a Jesucristo como Señor de nuestras vidas?
El apóstol Pedro, en su discurso a la multitud de judíos que fueron testigos de la manifestación del Espíritu Santo, en medio de los apóstoles, el día de Pentecostés, proclamó que:
1) Jesús de Nazaret en cada maravilla, prodigio y señal que hizo demostró que Dios obraba por medio de Él.
2) Dios estaba en pleno conocimiento y voluntad de que Jesús de Nazaret sería prendido, crucificado y muerto por inicuos.
3) Jesús fue levantado de la muerte pues era imposible que siendo Dios fuese retenido por ella.
Dios estaba en pleno conocimiento y voluntad de que Jesús de Nazaret sería prendido, crucificado y muerto por inicuos.
4) El rey David dijo cosas que no podían ser acerca de él mismo sino de Jesús de Nazaret, pues el rey ya estaba muerto en su sepulcro.
5) Dios le había jurado al rey David que de su descendencia levantaría al Mesías para que se sentara en su trono.
6) David lo vió siglos antes y habló de su resurrección, que su alma no quedaría en el Seol ni su cuerpo se corrompería.
7) A Jesús de Nazaret Dios lo resucitó y de eso los apóstoles, las mujeres que los acompañaban y muchos otros fueron testigos.
El apóstol Pedro en su discurso de Pentecostés hace una enfática declaración de la resurrección de Jesús, el Mesías (Cristo) anunciado y resucitado de entre los muertos, cuando nace la Iglesia en Pentecostés. Lo primero que se declara es la resurrección de Cristo. No existe evangelización sin una declaración de un Cristo resucitado, vivo hoy y por eternidad. No hay cristianismo sin resurrección.
La resurrección de Jesús demuestra:
1) Que Jesucristo es Dios y está por sobre la muerte.
2) Que Jesucristo ha vencido la principal consecuencia del pecado humano que es la muerte, puesto que los seres humanos fueron creados para ser eternos.
3) Que a Dios Padre le ha satisfecho el sacrificio redentor hecho por Jesucristo en la cruz y lo ha resucitado de entre los muertos.
4) Que Jesucristo es "la resurrección y la vida", por lo tanto si nos unimos a Él también experimentaremos la resurrección y la vida eterna.