Bosquejos biblicos para predicar el evangelio. Un bosquejo biblico contiene toda la estructura de una predicacion. Bosquejos para predicar por temas y libros de la Biblia.
Una gran promesa de un grande y fiel príncipe es un grande y valioso privilegio. Que Dios pronuncie tan solo una palabra, y su Palabra será indefectiblemente cumplida.
Una fe viva. Las obras son una evidencia de una fe verdadera y viva. Se declara aquí la posibilidad de una fe muerta. Así como un cuerpo vivo manifestará su vida en acción, así la fe viva moverá.
Si nosotros como obreros cristianos apreciáramos toda la importancia de la obra que se nos ha dado que hacer, seríamos más sensibles a nuestra propia ineptitud para ella, y más prontos a confesarla.
Los que mueren en el Señor mueren en su fuerza. En Él el ojo de nuestra esperanza nunca tiene por que oscurecerse, ni perder nunca el vigor la fuerza natural de nuestra fe.
Este prejuicio secreto, que es frecuentemente resultado del sectarismo, puede ser desconocido para nuestros compañeros, pero es conocido y sentido por el Espíritu Santo, y cuelga como velo entre su influencia y el alma.
La desobediencia como dolencia es un cáncer que llega hasta lo más hondo. La apariencia de salud y de integridad puede ser mantenida durante un tiempo, de la misma manera que se puede pintar el rostro de una persona con anemia perniciosa, mientras que no hay más que debilidad y desorden en el interior.
Para ser usados por el Espíritu Santo tenemos que ser separados del mundo, y totalmente rendidos a ÉL, como instrumentos preparados para su uso. Pero no debemos suponer que aquellos que permanecieron en Antioquía no estaban separados para Dios.
La vieja vida del yo, incluso la vida religiosa, es simplemente hacer lo recto a los propios ojos. Cuando Saulo dijo: «¿Qué quieres que haga?». había dejado de caminar en la luz de sus propios ojos. El joven anónimo que se nos presenta aquí es digno de un estudio estrecho, debido a...
Ésta es siempre una característica de vidas llenas del Espíritu. Si el NOMBRE de Jesús no recibe la preeminencia, no tendrán lugar señales y prodigios al extender Dios su mano. Nuestra autosuficiencia siempre detendrá la mano obradora de maravillas del Espíritu Santo.
Todos los que acuden al Señor Jesucristo son acogidos a su amor y servicio. Pero, así como fue en el caso de David, así lo es ahora; estas dos cosas van juntas. Si estos hijos de Benjamín querían gozar del amor de David debían ponerse a su servicio.
Aquellos que se envuelven en el manto de la propia justicia no pueden resistir el resplandor de la verdad incontaminada de Dios, porque saca a la luz el hecho de que su pretendida justicia no es nada más que trapos de inmundicia.
Los grandes propósitos de Dios, originados y abrigados en una eternidad pasada, no dejarán de cumplirse en el tiempo. Lograr el éxito en la obra de Dios es simplemente caer dentro de su voluntad, y hacerlo a su manera.